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quinta-feira, 5 de agosto de 2010

El espíritu de la colmena


Año 1940. Un pueblo perdido en la meseta castellana. Es domingo y llega la camioneta del Cine. En el desvencijado edificio que sirve para todo, se improvisa la proyección. La película: “El doctor Frankenstein”. Durante noventa minutos por las calles solitarias del pueblo resuenan las viejas palabras del mito romántico. En el improvisado salón, entre los espectadores dos niñas: se llaman Isabel (Isabel Tellería) y Ana (Ana Torrent). Siguen atentamente la proyección. Son hermanas. La pe-queña, Ana, pregunta a la mayor por qué el monstruo mata y por qué al fin muere. Son las primeras preguntas que Isabel resuelve gracias a su imaginación: el monstruo es un espíritu que puede aparecerse siendo su amigo y convocándole a través de ciertas palabras. Lo que para Isabel es un juego de la imaginación para Ana acaba siendo una realidad vital. Ella quiere al monstruo. Le busca. Le convoca. El viejo caserón donde viven las niñas con sus padres se va llenando de la presencia de algo impalpable que sólo Ana parece profundamente decidida a descubrir. Fernando (Fernando Fernán Gómez) y Teresa (Teresa Gimpera), los padres, viven sus nostalgias, sus frustraciones, sin aprovechar lo que esconde la mente de su hija pequeña. Un día, Ana desaparece. La búsqueda será angustiosa. La niña será hallada. Pero nadie, salvo ella, podrá conocer el final de la aventura.

Para ver el trailer de la película, pulse aqui

segunda-feira, 2 de agosto de 2010

Volver


Sinopsis:

Tres generaciones de mujeres sobreviven al viento solano, al fuego, a la locura, a la superstición e incluso a la muerte a base de bondad, mentiras y una vitalidad sin límites.
Ellas son Raimunda (Penélope Cruz) casada con un obrero en paro y una hija adolescente (Yohana Cobo). Sole (Lola Dueñas), su hermana, se gana la vida como peluquera. Y la madre de ambas, muerta en un incendio, junto a su marido (Carmen Maura). Este personaje se aparece primero a su hermana (Chus Lampreave) y después a Sole, aunque con quien dejó importantes asuntos pendientes fue con Raimunda y con su vecina del pueblo, Agustina (Blanca Portillo).
" Volver" no es una comedia surrealista, aunque en ocasiones lo parezca. Vivos y muertos conviven sin estridencias, provocando situaciones hilarantes o de una emoción intensa y genuina. Es una película sobre la cultura de la muerte en mi Mancha natal. Mis paisanos la viven con una naturalidad admirable. El modo en que los muertos continúan presentes en sus vidas, la riqueza y humanidad de sus ritos hace que los muertos no mueran nunca.
“Volver” destruye los tópicos de la España negra y propone una España tan real como opuesta. Una España blanca, espontánea, divertida, intrépida, solidaria y justa.

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